HERÁLDICA

ESCUDO HERÁLDICO 

 El 5 de mayo de 1954 el Ministerio de la Gobernación autoriza al Ayuntamiento de Alcaracejos, para la creación de su escudo municipal, ordenándose en la forma expuesta por la Real Academia de la Historia. Dado en Madrid a cinco de mayo de 1954. Francisco Franco. El Ministerio de la Goberna­ción, Blas Pérez González.

El escudo se creó acorde con la creencia popular de que el nombre podía proceder de Alcázar Viejo.

ESCUDO HERÁLDICO ACTUAL

El 26 de Junio de 2018, el Pleno de la Corporación, al objeto de dar conformidad a la Ley de Símbolos de Andalucía en vigor, se aprobó la modificación del escudo de este Municipio, así como adopción de bandera Municipal, conforme al estudio técnico y al diseño de un Experto Perito en Heráldica y Vexilología, y cuya descripciones técnicas detalladas son las siguientes:

DECRIPCIÓN TÉCNICA DETALLADA ESCUDO

Escudo español, cortado y medio partido. Primero de plata, castillo en su color a la siniestra, y león rampante de gules a la diestra. Segundo de azur, pórtico de plata; en punta, tres fajas ondadas de plata. Tercero de sinople, encina de oro. Entado en punta de plata, venera de gules. Al timbre, corona real española abierta.

BANDERA

Bandera rectangular de proporciones 3:2 (largo por ancho), de color rojo con una orla interior de ancho 1/17 de la anchura de la bandera, separada del borde a la misma distancia. Al centro, el Escudo Heráldico Municipal.

ORIGEN DEL NOMBRE ‘ALCARACEJOS’

 Según D. Miguel Asin Palacios, el término Alcaracejos tendría su literal traducción castellana en su geónimico frutal «El cerezuelo», porque «Alcázar» en árabe quiere decir cereza. Todo contribuye a que atribuyamos a la localidad una ascendencia hispano musulmana. (Artículo en el Diario Córdoba de Eugenio Solís).

En esto mismo abunda D. Juan Ocaña Torrejón, que opina que estos pudiera reforzarse con el viejo nombre de Allozo (Almendro) que tuvo el pueblo vecino de Villanueva del Duque.

El Padre Fita lo identifica con un antiguo emplazamiento romano. En este caso, por su proximidad a otros dos lugares con restos romanos (Ladrillar y cerro del Santo) que pudieron ser recintos amurallados (uno como poblado o villa, otro para extraer los metales de las fundiciones). El pueblo tomaría el nombre del lugar de los Alcaracejos aunque en una descripción de la vida de la localidad hecha por el Ayuntamiento en 1887, se dice: En algunos documentos se le ha dado indebidamente el nombre de «Alcaracejos». Y el diccionario hispano americano editado en Barcelona en 1887 lo deriva de la voz árabe de Los Alcaracejos. La Enciclopedia Universal Ilustrada Europea Americana lo deriva de la voz árabe de Alcázar.

Algunos lo derivan del vocablo árabe de «Alcharac«(Campanilla). Ramírez De Las Casas Deza lo deriva de la palabra árabe «Al caria» (Aldea). Esto coincide con quienes ya situaban ciertas ventas a la orilla del camino de Córdoba a Almadén, en época romana y que continuasen en época árabe y después. Y que por ser varias y pequeñas, se le aplicase en plural y en diminutivo la palabra al caria o alquería. También esto explicar lo del nombre de «Mojino» dado a los habitantes, pues al ser varias pequeñas alquerías, muy próximas, pero no juntas semeja las costumbres de los mojinos, aves que viven en pequeños grupos en las zonas de encinas.

Por último, también lo derivan de la palabra Alcázar Viejo. El almanaque del obispado de la diócesis de Córdoba del año 1875 dice: «según la tradición que en el pueblo se conserva, el Califa Abdu -R- Rahaman II, mando construir al P.O. del Valle de los Pedroches, distante 74 Kms de Córdoba un suntuoso Alcázar que le sirviera de descanso cuando venia a sus recreos de caza de conejos y perdices. Tras la reconquista, pastores oriundos de Pedroche fueron construyendo chozas en sus inmediaciones, designando el sitio con el nombre de Alcázar Viejo, que dio lugar al nombre actual por degeneración del primitivo».

Esta última versión no explica el porque del plural de Alcaracejos así como tampoco aparecen en las cercanías restos árabes que justifiquen la existencia de un Alcázar. Las personas mayores cuando hacen referencia al cerro del Castillo, suelen referirse al ya citado del Cuzna, del cual corre una leyenda por el pueblo de que en una cueva de dicho cerro, hay un tesoro encerrado y defendido por un encantamiento de una mora que se convierte en fiera. Varios han sido los vecinos que han salido en coplas de los carnavales por haber ido a buscar el tesoro.